sábado, 26 de septiembre de 2020

"¿Y p´a qué tanto?"


…”Amor, amor, amor, no puedo más”. 

 …"Soy un novio sin fotos con la tuna,
 un anciano perdiendo la partida”…

Es como si en estos últimos diez años, los aragoneses nos hubiéramos quedado huérfanos de padre y madre. Se nos fueron los más dignos representantes, los más grandes de nuestra cultura, de nuestro sentimiento como pueblo; José Antonio Labordeta y Joaquín Carbonell.

Los que construyeron juntos la maravillosa albada de la ausencia como despedida:

“Aunque me voy, no me voy,
aunque me voy no me ausento,
aunque me voy de persona,
me quedo de pensamiento”.
 
No conozco ninguna tierra que pueda estar tan orgullosa de sus referentes culturales como Aragón. Sin cachirulismos baratos, sin cutrez jotera, poniendo en valor como nadie puso a las buenas, trabajadoras y humildes gentes de nuestras zonas más agrestes y pobres. Estando siempre al lado de los más débiles. Cantándole a la libertad, al progreso y a la justicia social. Siendo la representación de la humildad en persona, hasta el punto que Labordeta quería ser “un hombre sin más” y Joaquín Carbonell trasladaba la idea, que para un “chico de Teruel”, lo de ser artista era un anhelo. Un sueño de un niño con infinidad de inquietudes. Un tipo que pregonó a los cuatro vientos que fue botones en un hotel de Sitges cuando se fue de Alloza. Ese era nuestro Joaquín.

Antes de cantar “Con el sudor de tu frente” en Épila dijo: “tanto Labordeta como nosotros, siempre cantamos a la gente más débil, más humilde. Nunca hemos cantao a los chulos y a los poderosos. Tienen otros cantantes. Esta canción está dedicada a un perdedor, a un perdedor de la guerra”.

Nadie como él presumía y disfrutaba tanto de cantar en los pueblos más pequeños y recónditos de nuestro Aragón. Nadie como él relacionaba el número de personas que en dichos pueblos acudían a sus conciertos con el total de los habitantes de los mismos, comparando dicha proporción con grandes ciudades para acabar afirmando es como si en Madrid fueran 7 millones de personas a ver un concierto”. Se regocijaba en ello, en llevar su arte a las personas y las poblaciones en las que no piensa nunca nadie, si no es para ir de turismo rural a pasar un fin de semana o para ridiculizarlos. Le encantaba ver las caras de satisfacción de la gente mayor llena de gozo porque Joaquín Carbonell  estaba cantando en su pueblo y  comprobar la incredulidad de la gente más joven cuando les decía No sabéis que existía una cosa que se llamaba la peseta”.  

Joaquín era el puto amo cantando, pero también lo era entre canción y canción para el gran público. Su gracia contando chascarrillos tenía en vilo a todos los asistentes:  “Yo en mi vida he tenido tres o cuatro novias. No como Julio Iglesias que ha tenido tres mil. ¡No se cómo ha podido! Una novia me dijo un día, mis padres te quieren conocer… No les digas que eres cantautor, que son un poco de derechas. Diles que estás haciendo oposiciones a Ibercaja.  ¡Yo que tenía cartilla de la CAI!”

Y la manera de presentar a los músicos. Con esa admiración  llena de simpatía y sorna:

 “Vamos a presentar a los músicos, que tienen padres y madres”...

…”Yo tengo dos empresas. Joaquín Carbonell y los Tres Norteamericanos. A ver si nos contratan otro día, sí. Lo hacemos muy bien y es divertido. Con los tres norteamericanos viene mi amigo que toca todos los pitos, hace voces, toca armónica, toca banjo, ukelele… Por lo que cobra toca demasiao, diría yo. Me ahorra tres músicos. ¡¡Mi gran amigo Roberto Artigas. Gran Bob!!

…”Pasamos a la derecha para equilibrar. Es su debut hoy. A ella esto le da un poquito de risa, porque ella toca clásico. Ha estudiado la carrera de violín ¿Cuánto son? ¿Quince años? ¿Más que obispo, no? ¿Por ahí? Más que obispo”… 

Por cierto, les recomiendo que se concentren en la actuación de  Kalina Fernández en el “Me gustaría darte el mar” del concierto celebración de 50 años en el Teatro Principal de Zaragoza”. Cierren los ojos, disfruten y si hace falta llorar, lloren.

Presentando a Coco Balash “Es el único catalán que yo conozco que quiere  vivir en Aragón. No lo entiendo. ¡¡Algo habrá aquí, algo habrá!! ¡¡Coco, cuéntaselo a tus amigos, que vengan a repoblar estas tierras. ¿Lo vas a decir? No, aquí no, que vayan a  los pueblos más pequeños de Teruel.”

O a Quique Casanova: “Muchos niños, cuando tienen tres años comienzan a tocar la batería. Los padres se cagan en su puta madre, porque eso no es la batería, eso es ruido”… 

“Richi Martinez hace que las canciones que yo compongo parezcan buenas”…  

…“Es que todos somos músicos que llevamos casi demasiados años. Si no nos hemos hartao es porque somos buena gente y nos respetamos mucho y nos queremos muchísimo. En la Guitarra,…bueno, hace dos meses José Luis Arrazola estaba tocando en el Olympia de París y hoy está tocando aquí. Hoy en Paris, mañana en Épila. Esa es la vida del cantamañanas”...


 Por cierto, le encantaba también dedicarle La Beata al grande de David Giménez, “ Se la dedico a David, que le gusta mucho”, compañero y amigo suyo que junto con el Gran Bob integraba esa maravillosa trastada de los tres norteamericanos  que llenó de vida  a Joaquín y a todas las personas, fundamentalmente mayores que acudían a sus conciertos y que rememoraban de una forma divertida y llena de respeto, muchas de las  canciones de su juventud.

«La gente que viene se pregunta si esto va en serio o en broma, porque hacemos muchas tontadas, pero las canciones las cantamos muy muy bien»



Siempre tenía el perfil adecuado para todo el mundo. Disfrutaba del tío Romualdo, Dios y mentor del “¿Y p´a qué tanto?” que, sin saberlo lo convirtió en el mesías del “Ypaquetantismo iletrado” , del Pastor de Andorra, de los niños como Manuela y Fabio, de sus animalicos como Shiva, del albañil, de la del pueblo, del político, del director general, de los artistas, de los cultos, de los incultos, de la fotógrafa, de los cineastas, de los obreros, de los mecánicos, de los olvidados, … Para él, su única condición, es que fueran "buena gente".Joaquín era de esas maravillosas personas que, por un lado tienen la capacidad de rodearse de gente especial, y por otro, a todo el mundo le dotaba de una especialidad u otra, identificando y valorando sus mejores virtudes y haciéndole crecer y reír a su lado. En su canción “benditos y benditas” lo explica genial. Para él, todos éramos benditos y benditas, desde “las que hacen la limpieza”…, hasta “los de la furgoneta que llevan a los viejos el pan de cada día”,…pasando por “los niños peligrosos” ,…”los patosos que se quedan dormidos para no ir a la escuela”…, “los de arriba y abajo, que tocaron el cielo saliendo a los balcones”…, “los que con su trabajo fabrican esperanza y regalan ilusiones”…., “los padres,… los prisioneros,… los alcaldes de pueblo,… los mozos,… los guardias que patrullan al raso,… los sanitarios, “que ponen su vida en sacarnos enteros de este enorme fracaso”,… y hasta “los perros, que dan los mejores abrazos ante los abandonos”. 


La implicación con la gente obrera de su tierra, y en concreto con los mineros estuvo fuera de toda duda. Allá por el 2012, yo no conocía a Joaquín Carbonell pero conseguí su teléfono y lo llamé. Le conté la idea y los objetivos del Movimiento Ciudadano de Apoyo a los Mineros y le pedí que los acompañara con su guitarra y les cantara unas canciones en la Plaza de los Sitios  cuando llegaran andando en la primera marcha minera que se realizó desde Ariño a Zaragoza. No solo no lo dudó, sino que movilizó a más artistas como Insolenzía, Eduardo Paz o Biella Nuei, se convirtió en todo un icono para la familia minera, no solo aragonesa, si no también la de las cuencas de León, Asturias... y acompañó de cerca, en casi todas sus andanzas a lo mejor de lo mejor de aquella lucha: Las Mujeres del Carbón.  Hizo la canción “El Carbón es todo negro”, que con la reivindicativa y llena de sensibilidad social “Canción para Dimitris” completó un disco cuyos beneficios fueron dedicados a la caja de resistencia de la huelga minera. De ahí viene mi amistad con él. De ser un hijo de minero jubilado del pueblo de al lado del suyo, que le pidió ayuda para acompañar a los mineros de nuestra tierra en sus reivindicaciones. Eso da muestra también de quién fue Joaquín Carbonell y de la cercanía y defensa que siempre ejerció para las gentes de su querido Teruel. 

Mi abuelo siempre me decía: “Líbrate del día de las alabanzas” y así le ha sucedido al bueno de Joaquín Carbonell, que le negaron celebrar sus 50 años encima de los escenarios en el teatro Marín de Teruel, dónde tuvo su primera actuación, y ahora le van a hacer hijo adoptivo de la Ciudad. Que no ha sido pregonero de Zaragoza, pero ahora seguro que harán algún invento a título póstumo. Él no quería homenajes ni escritos como éste, pero todos los que le hagan y le hagamos, serán más que merecidos. 

Uno de mis últimos descubrimientos de estos días, en los que Joaquín me acompaña más que nunca a través de sus canciones y de mis pensamientos, ha sido comprobar  que hace muchísimos años ya  dejó preparada su despedida.  En  el trago final nos dejó claras sus intenciones para cuando llegara ese "día nefasto" en el que perdió la partida, en el que no pudo más y que fatalmente llegó el pasado 12 de septiembre. Joaquín era tan especial que hizo divertida hasta la preparación de su despedida: 

..."No os esforcéis al cerrar el cajón, 
por si no pueden abrirlo en la resurrección.
No me pongáis a dormir con beatas y santos, 
no me seduce pasar la otra vida enrejao, 
voy a trasnochar, beber y vivir, 
en la fosa de comunes ponerme a mí..."

..."Me alejaré sin sentir de todos los amigos, 
hasta que poquito a poco vengan por allí.."

..."Voy a descansar, beber y vivir, 
a disfrutar de este pueblo sin guardia civil"

Que nos espere muchos años, pero es un maravilloso consuelo saber que nos espera en ese cielo que será  del tamaño del grato recuerdo que tenemos de él todas las personas que lo seguimos queriendo y necesitando. 

Cuando él lea estas líneas, estoy seguro de que  me dirá: 

"Fernando, ¿Y p´a qué tanto?"

Fernando Pérez Valle
#JuntsXCarbonell
TRES AGUAS PRODUCCIONES 



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