viernes, 23 de julio de 2010

Esta es la canción con la que Pep Guardiola motivó a sus muchachos. Viva el refuerzo positivo

">

El mundo al revés y la crisis económica

Por si no nos habíamos enterado, sí, estamos en crisis. Estamos inmersos en lo que a mí me gusta llamar, la crisis relativa. Relativa en el sentido de que en cualquier foro, en los medios de comunicación, en nuestros debates, en nuestras conversaciones, sale a la luz la famosa crisis. Podríamos decir que hemos aprendido a vivir con ella. No obstante, yo la etiqueto como “relativa”, porque además de vivir directamente la crisis en un país como España, la vivo muy de cerca en los países del sur y puedo asegurar que cuando nos acercamos al problema desde un punto de vista objetivo, abstrayéndonos de nuestra situación personal, o de la situación compartida de que vamos hacia una situación económica peor de la que teníamos cuando imaginábamos, o nos hicieron pensar que todos éramos ricos en los países enriquecidos, seguimos estando en una situación de absoluto privilegio.
Aun entendiendo y viviendo que las entidades sociales estamos recibiendo a colectivos totalmente normalizados que tienen el problema del desempleo y que también han sido víctimas del sistema financiero e hipotecario asociado a la adquisición de viviendas y que aparecen en nuestras organizaciones sin haber necesitado nunca la prestación de Servicios Sociales, y con una carga psicológica brutal, la diferencia entre nosotros y los países del sur es que en estos, el 80% de los ingresos a nivel familiar, se dedica a la alimentación. En cuanto los ingresos disminuyen se entra en procesos de desnutrición. No podemos decir lo mismo en un país como el nuestro donde la atención gratuita a la salud, a la educación y los sistemas de protección social reducen la vulnerabilidad de las personas y amortiguan el impacto de la caída de ingresos en el hogar.
En el prólogo del informe sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio de 2010, el Secretario de las Naciones Unidas planteaba que “resulta claro que las mejoras en las vidas de los más pobres han sido inaceptablemente lentas, y que algunas de las ganancias que tanto ha costado obtener, están siendo erosionadas por las crisis medioambiental, económica y alimenticia”. Entre otras cosas, a esto me refiero yo cuando hablo de la relatividad de la crisis. Nosotros tenemos la percepción de la crisis económica, pero obviamos totalmente, porque no la hemos sufrido, la alimenticia, y ahora en la coyuntura que vivimos, vuelve a no preocuparnos la medioambiental, manteniéndonos aletargados e inmovilizados por la crisis social y de valores. Estamos totalmente alineados al mismo sistema perverso que nos hizo creer, como comentaba anteriormente, que todos éramos ricos, que cualquier trabajador de este país podía acceder a una vivienda al precio que pusieran ellos, al mismo que unos años antes, solo podían acceder las clases más altas, a un sistema bancario que, como decía un sabio hombre mayor, “cuando hace sol te da el paraguas, y cuando llueve,.. te lo quita”. Ahora el desempleo, nos está llamando a la puerta, y nos vemos presos de la misma situación y pensamiento único que nos alineó. Nuestra felicidad, durante los años de bonanza, y ahora también, la medimos en función de nuestra capacidad de consumo,.. o de endeudamiento, que tenemos. En la medida en que podemos disfrutar de bienes, totalmente superficiales la mayoría de ellos, creemos que somos más felices o sentimos más envidia de nuestros vecinos que tienen un coche de más alta gama. Todos, absolutamente todos, hemos vivíamos,…y para mi gusto, seguimos viviendo, por encima de nuestras posibilidades y este es un reconocimiento general que sale en cualquier conversación que compartimos habitualmente.
Y si nosotros, los ciudadanos, hemos sido irresponsables, las administraciones públicas lo han sido muchísimo más. En la vorágine general del ladrillo y de la construcción, los pueblos y ciudades recalificaron terrenos hasta quedarse, algunos de ellos, sin término municipal, crearon servicios y realizaron contratación pública muy por encima de sus posibilidades, y en definitiva, generaron gastos fijos con ingresos extraordinarios. Hoy día, están viviendo una situación, en la que la mayoría de nuestras administraciones, si fueran empresas, cerrarían por quiebra.
No obstante, y en lo que nos toca analizar desde el punto de vista de lo social, mientras administraciones y ciudadanos “éramos ricos” y dejando aparte consideraciones subjetivas, mientras estábamos en una fase de crecimiento económico, nadie se ocupó de erradicar la pobreza, ni en éste, ni en ningún país de la zona euro. Parece ser que hay algún interés en que se mantenga ahí ese 20% de población que vive en situación de pobreza en los países europeos. Yo me guío mucho por los comentarios de nuestros mayores y cuando comparto estos asuntos con mi padre, me dice: “Para que haya ricos, tiene que haber pobres. Y ya se encargan ellos, de que esto sea así”.
Si extrapolamos esas aseveraciones, a la situación mundial, nos daremos cuenta de que las estructuras mundiales dominantes, también se encargan de que esto sea así. Llevamos 20 años con la reivindicación del 0,7%, con herramientas definidas y consensuadas por los líderes mundiales como los objetivos del milenio y no hay forma de que las administraciones de los países enriquecidos asuman la responsabilidad que prometieron asumir en la Cumbre del Milenio. En ese sentido, lejos de cumplir con los compromisos adquiridos y con la responsabilidad y justicia social, seguimos donando lo que nos sobra, cuando nos sobra y en la medida que nos viene bien políticamente, pero no hay un convencimiento real en la lucha por la erradicación de la pobreza a nivel mundial. Yo soy especialmente pesimista en el cumplimiento de los objetivos del milenio, que ni siquiera la erradican, si no que pretenden reducirla a la mitad.
Ahora que nuestros presupuestos se resienten, y después de prometer nuestros políticos que la crisis no afectaría a los más pobres, en el sentido de que no iban a disminuir los presupuestos con relación a la protección social de los colectivos vulnerables ni la Ayuda Oficial al Desarrollo, nos encontramos con que por ejemplo la atención a los inmigrantes se reduce en un 50%, nos encontramos también con una reducción por parte del Gobierno Central de 800 millones de euros para Ayuda Oficial al Desarrollo, nos encontramos con que en Cooperación Descentralizada, Comunidades Autónomas como Murcia han reducido sus aportaciones para AOD en un 59%, existiendo asimismo una reducción en Comunidad Valenciana y Baleares del 35% y planteando Ayuntamientos como el de Madrid la anulación de las convocatorias para proyectos de Cooperación al Desarrollo, aludiendo ahora a que esta cuestión debería ser una responsabilidad autonómica y de la administración central¿ Esto no es donar cuando nos sobra?
Cabe indicar también, que estas medidas de reducción del déficit público, de alguna manera son las que prácticamente no han aparecido en medios de comunicación. Vinieron acompañadas de la reducción en un 5% del salario de los funcionarios y de la congelación del incremento de las pensiones, siendo estas últimas las realmente mediáticas.
Por otra parte, y considerando la respuesta que debemos realizar desde una ciudadanía que necesita despertar y salir de su individualismo y aletargamiento, mi propuesta a compartir con los diferentes representantes de los distintos niveles de colectivos vulnerables que están pagando la crisis sin tener ninguna culpa de ella es que hagamos un frente común, fuerte y sin fisuras. Capaz de representar a los trabajadores, a los pensionistas y a los vulnerables de aquí y de allá; de nuestro país y de los países empobrecidos. Lo que no podemos mantener ni consentir es una situación en la que reivindicando cada uno por nuestro lado, nos aboquen a enfrentar pobres contra pobres, nos inviten a dudar de nuestras prioridades haciendo afirmaciones del tipo de que si reducimos aquí, debemos reducir allá, aceptando cuestiones como los planes de apoyo a las entidades bancarias y reduciendo apoyos a los que más los necesitan en éste momento. Es cómo el mundo al revés, o como el apoyo a los que generaron la crisis y el castigo a los que no tuvieron ninguna culpa.

Fernando Pérez Valle
Presidente de la Federación Aragonesa de Solidaridad

¿ De qué crisis estamos hablando?

¿De qué crisis estamos hablando? ( El Periódico de Aragón - 22/05/2010 )

CAMPEONES DEL MUNDO, SÍ, CAMPEONES, CAMPEONES