Hoy nos fijaremos en la vivienda.
Hoy he escuchado en la radio el
testimonio de una mujer a la que iban a desahuciar, junto con su familia.
Una mujer que todavía no le había
contado a su hija que les iban a echar de su casa el próximo día 9 de
noviembre...
Una mujer indignada porque lleva 2 años
tratando de negociar con el banco y
hasta que no contó su caso en la
cadena ser, el banco no aceptaba la
negociación… Ahora le están ofreciendo un alquiler social.
Los acampados en la sede de
Bankia, según las últimas noticias que yo he leído, ya han conseguido 5
alquileres sociales para personas que iban a ser desahuciadas y por lo tanto,
dirigidas al hoyo de la exclusión social…,
lo que demuestra la importancia de la lucha
por lo justo, la importancia de la reivindicación colectiva, la
necesidad de presionar hasta la extenuación para poner en la agenda política y
como primera prioridad el drama que están viviendo miles y miles de familias a
las que se les está abocando a la
miseria sin vuelta atrás.
Recordemos que hay más de 500 desahucios
diarios en este país, que si te desahucian lo más lógico es que estés en un
proceso de desempleo de larga duración y que te ves en la calle, o teniendo que
pagar un alquiler quedando con una deuda que no podrás afrontar nunca.
De ahí la necesidad de que esta
sociedad reaccione, de que esta sociedad no admita con el estoicismo que las
está admitiendo, todo este tipo de injusticias, este pisoteo a los derechos
humanos, esta forma de destruir las
vidas de innumerables familias
que se están quedando en el camino…
De ahí el elogio al gran trabajo
que se está realizando desde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, desde
Stop Desahucios, desde las Asambleas Ciudadanas que reclaman, cuando menos la
dación en pago.
De ahí la necesidad de que nos
pongamos TODOS enfrente de estas situaciones desde la SOLIDARIDAD con los afectados,
con el convencimiento de que cuando luchamos por esto, estamos defendiendo un
DERECHO HUMANO tan fundamental como es de la vivienda.
Por eso estamos en un momento en
el que le debemos temer más al silencio de nuestro pueblo ante tanta
injusticia, que a la propia represión que el Estado está ejerciendo.
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