viernes, 11 de diciembre de 2009

Fernando Pérez Valle PRESIDENTE DE LA FEDERACIÓN ARAGONESA DE SOLIDARIDAD : "Nuestra presencia en las instituciones ha mejorado"

05/12/2009 MARIO GRACIA
--La Federación Aragonesa de Solidaridad (FAS) cumple quince años. ¿Cómo lo van a celebrar?
--Con un libro conmemorativo que dará voz a todos los que han hecho posible el trabajo solidario conjunto a través de nuestra federación, desde su nacimiento hasta nuestros días. Se presentará el próximo día 11 en el centro Laín Entralgo, en el marco de un acto festivo con muchas sorpresas. Ahí estarán también las instituciones que nos han ido apoyando.
--¿Qué enseñanzas sacan de todo este tiempo?
--El camino ha sido largo y, por tanto, el aprendizaje también. Cuando nació la FAS, el ámbito de la cooperación al desarrollo todavía no estaba regulado. En nuestros orígenes había mucha preocupación por regularlo de forma pública y transparente, entendiéndolo como una expresión más de la solidaridad aragonesa. En ese sentido, hubo muchas aportaciones por parte de los que entonces eran miembros de la FAS. Nuestra forma de trabajar no ha cambiado en el fondo pero sí en la forma. Ahora, las organizaciones tienen una mayor especialización técnica que también se ha trasladado a la FAS.
--En estos años, ¿cómo ha cambiado la percepción que la sociedad aragonesa tiene sobre la cooperación al desarrollo?
--Ha habido avances pero no los suficientes. Los históricos de la FAS siempre nos cuentan que cuando hicieron la propuesta para su creación, los trataban de locos. Ahora, la valoración las oenegés por parte de la sociedad es muy buena, pero seguimos con cierto sentimiento de soledad.Cuando reivindicamos el 0,7% en alguna ocasión nos hemos oído, y con mucha razón, que los políticos no acaban de cumplir porque no sienten que la reivindicación venga de la sociedad en su conjunto y, por lo tanto, parecería que es una lucha unilateral de las oenegés, aunque estas estén compuestas por ciudadanos y ciudadanas.
La FAS ha estado muy preocupada en transmitir que los objetivos de las oenegés aragonesas son comunes y compartidos: la erradicación de la pobreza desde la sociedad aragonesa, algo que no se puede hacer sin el apoyo de esta. En ese sentido, ha sido muy importante el trabajo de sensibilización realizado para formar una conciencia ciudadana.
--¿Y cómo ha cambiado su relación con las instituciones?
--En los primeros momentos, en las instituciones aragonesas no se había hablado todavía de estos asuntos. Hoy se puede decir que la FAS es un interlocutor válido para representar los intereses de las organizaciones federadas y, por lo tanto, de las personas con las que cooperamos en los países del sur. Hasta hace bien poquito, no había ningún convenio de colaboración con ellas. Hoy en día tenemos tanto con el Gobierno de Aragón, como con el Ayuntamiento de Zaragoza, comparecemos en las Cortes para seguir reivindicando el 0,7%, hemos conseguido firmar el pacto contra la pobreza en el ayuntamiento... Nuestra presencia en las instituciones ha mejorado mucho aunque sintamos el estancamiento, sobre todo presupuestario.
--En estos quince años, ¿qué avances globales se han producido en el desarrollo humano?
--Yo, en ese sentido, soy muy crítico e incluso se podría decir que pesimista. No ha habido los avances suficientes porque los gobiernos del mundo enriquecido nunca se han tomado en serio este tema. El cumplimiento de los Objetivos del Milenio está en entredicho y desde el ámbito de la solidaridad no se puede solucionar todo. Hay cuestiones estructurales que hacen que no se pueda avanzar lo que se debería.
--¿Ha habido algún retroceso?
--Que más de 4.000 niños mueran cada día por no tener acceso a agua potable o saneamiento, por citar un dato, es un retroceso continuo. El no asumir los compromisos que los propios gobiernos crearon a través de la Declaración del Milenio, también.
--¿Son los mismos criterios ahora que hace quince años a la hora de planificar un proyecto?
--No, los proyectos ahora cuentan con claves de género y de impacto ambiental que hace quince años o no se les daba importancia o, simplemente, no existían.
--¿Qué retos tiene por delante la cooperación aragonesa?
--La calendarización de las aportaciones públicas hacia el soñado 0,7% del presupuesto de las administraciones y que la sociedad conozca las causas de la pobreza y luche por erradicarla, que se asuma que esto es una cuestión de justicia social.
--Sueñe... ¿en qué punto esperan estar en otros quince años?
--Nos gustaría que nuestra existencia no fuese necesaria porque el mundo sea justo, los Derechos Humanos se cumplan y los niños de África no mueran por una simple diarrea. Pero para eso hay que cambiar el orden mundial y la relación inversa por la que el 80% de la población vive con el 20% de los recursos mientras que el 20% consume el 80%.