jueves, 26 de julio de 2012

A propósito del cuentecillo para la reflexión de Joaquín Carbonell titulado ¿ PORQUÉ NO LO HICIMOS ANTES?




A propósito del cuentecillo para la reflexión de Joaquín Carbonell titulado


¿ PORQUÉ NO LO HICIMOS ANTES

Debemos comenzar a transmitir, a debatir, a ponerle "chicha" teórica y soluciones prácticas a la idea de volver a dotar de vida a nuestros pueblos, a la idea de volver a reverdecerlos, pero de verdad.


Los afortunados que tienen pueblo, aunque vivan en la Ciudad, no les movió otra motivación para ir a la City que los estudios y/o el trabajo. También les/nos arrastró el pensamiento único trasmitido fundamentalmente a través de la publicidad de que vivir en la Ciudad es lo "guay",... Si nos fijamos en la publicidad (¡¡todavía hoy!!) en la city todos son guapos y guapas, trabajan en la oficina, son modelos, llevan coches caros y viven en casas maravillosas. Si nos fijamos en la publicidad, los del pueblo son feos, rudos, suelen estar "medio taraos", atrapados en un tiempo que ya no corresponde, etc.... Ahí tienen los típicos anuncios de la fabada asturiana con la vieja loca esa que salía o el abuelo que decía y "Franco, otra vez campeón de Europa", para anunciar un producto que venía de un pueblo. Y esto, que desde el punto de vista comercial de la publicidad sin escrúpulos, se podría llegar a entender, se hace infinitamente más bochornoso cuando te vas al Diccionario de la Real Academia de la Lengua y buscas la palabra RURAL. Lo pueden hacer ahora mismo, y en la palabra RURAL encontrarán esto:


Rural.

(Del lat. rurālis, de rus, ruris, campo).

1. adj. Perteneciente o relativo a la vida del campo y a sus labores.


2. adj. Inculto, tosco, apegado a cosas lugareñas.


Curioso,... luego resulta que hay muchos niños en la ciudad que piensan que los huevos y los pollos se fabrican en una fábrica, que las gallinas tienen cuatro patas, o que las patatas se crían en los árboles,... pero los incultos y los toscos son los del pueblo. Ayer estuve en Ariño y les veía especialmente tristes porque la previsión es que el lunes vuelvan a trabajar a través de un compromiso con SAMCA que dice que se compromete a aguantar las minas hasta el 2014. El Gobierno, a la propuesta de los sindicatos y carbounión ha respondido una carta de dos folios que firma el Secretario de Estado de Industria, el mismo que les dijo a los representantes sindicales de los mineros:"Esto son lentejas, o las comes o las dejas", que no dice nada más que mentiras, falsedades, que ellos no han faltado al compromiso que tenían en 2012 y gilipolleces varias. Es su oficio; mentir, extorsionar, especular, robar…


Si se vuelve a trabajar, se volverá a través de acuerdos con las empresas y mientras tanto, se abrirán minas que ya estaban cerradas en Alemanía.


Entonces, independientemente de que dure dos años u ocho más esta agonía, ¿cuál es la opción para los mineros? ¿ Ir a mendigar a la City un trabajo que no existe? ¿Gastar sus ahorros en pagar alquileres en Zaragoza, Barcelona o Madrid que no van a dar como resultado un puesto de trabajo?,.... o ¿aprovechar estos años, que si no cambian mucho las cosas parecen ser los últimos de la minería para comenzar a labrarse un futuro en su tierra a través de volver a producir lo que producían nuestros padres y abuelos y que no les servía para tener gilipolleces inútiles, pero sí para comer?


Yo siempre me encargo de recordar que en los tiempos de la postguerra, cuando se pasaba hambre en las grandes ciudades, en nuestros pueblos, no tenían ningún lujo,...pero comían. Comían, compartían el fuego por la noche, tenían la escuela llena de niños y niñas y salían camiones de manzanas y otros productos para vender, y se enviaban cestas y cestas de comestibles producidos en el campo y en los corrales a los familiares de la ciudad que tan mal lo estaban pasando en ese momento.


Insistimos,... dentro de todo este "fregao" en el que andamos metidos, a futuro ¿cuál es la opción de los mineros y de la gente que se queda en paro en la Ciudad? ¿Agotar el paro y las prestaciones ‎... o aprovechar los últimos coletazos de la minería y la reducida ya prestación de desempleo para plantear un proyecto de vida sostenible en el pueblo? Dicho proyecto, se puede plantear de varias formas....


Por lo que yo conozco, en mi pueblo, sin ir más lejos, y ayudados por la fracasada Unión Europea, en los últimos 30 años no nos hemos dedicado más que a destruir. Daban subvenciones por arrancar las viñas, por matar las vacas, por arrancar cualquier árbol... Holanda ya se iba a encargar de surtirnos de leche a todos y Francia de vino. España era para turismo,... para servicios. ¡¡Y los pueblos, para turismo rural!! Bajo ese planteamiento, se abandonó toda la huerta, respecto a los precios, ya no se podían vender las patatas que algunos mineros criaban para tener un sobresueldo y no abandonar los campos de sus padres, ya costaba más criarlas que el precio que te iban a pagar. Sin ir más lejos, siendo yo niño, mi padre, el último año que las crió, las dejó en el campo porque se negó a venderlas al precio que le imponían. Lo mismo que sucede hoy en día con las olivas de las que se saca el mejor aceite del mundo. Bajo ese planteamiento, influido por el precio de los combustibles, de la maquinaria, de las herramientas, etc... hoy en día es más caro criar una lechuga con tu trabajo, que ir a MERCADONA a comprar una lechuga que ha viajado en un avión y que la han traído desde la otra parte del mundo. ¿ Eso es sostenible? ¿ Eso es lógico?


Debemos romper con ese sistema, abandonar esa mentira. La cuota de hipoteca por una mierda de piso que pagamos en la Ciudad, es el presupuesto que una familia gasta en comida al mes multiplicado por dos o tres. A muchos de nosotros nos pasa el banco más de 1.000 euros entre hipoteca, electricidad, agua, seguros, y demás "mandangas" a principio de mes y todavía no hemos comenzado a comer. Ese dinero,.... se ha volatilizado, ni lo vemos,.. es curioso, aunque lo hemos ganado, ¡¡no es nuestro!! De ahí, se derivan cuestiones como la obligación de que no falle ninguno de los dos trabajos,...ni el nuestro, ni el de nuestras parejas. ¡¡ Es una puta locura!! De ahí, se deriva también que a nuestros hijos, en vacaciones, o en el mismo momento que se tienen que ir, o que salen del cole, los tengan que atender los abuelos, las guarderías, o la chica que debemos contratar, de ahí se deriva también que no podamos atender a nuestros mayores y que los ahorros de toda una vida los tengan que "fundir" en una residencia…


Y mientras tanto, las casas de nuestros abuelos, de nuestros padres, de nuestros tíos,...que son las nuestras, o las tenemos de segunda residencia para ir unos días en semana santa y verano, o se están degradando de tal manera por el hecho de estar totalmente cerradas, que cuando nos demos cuenta se les ha caído hasta el tejado y están en estado de ruina. Por supuesto, que los campos, o los trabaja uno de los pocos agricultores y ganaderos que quedaron en el pueblo por nada ( en los casos del secano y donde se puede laborear con tractores grandes), o están totalmente yermos. Así que volvemos a preguntar,... para muchos de nosotros, que ahora vivimos en la ciudad o en el pueblo, cuando nos quedemos en paro, que será no tardando mucho,... ¿ cuál es la opción?


Este es el cuentecillo que  generó mi reflexión:


¿POR QUÉ NO LO HICIMOS ANTES?

Va a comenzar un exilio de gentes hacia la casa de los padres, el hogar del pueblo. Un exilio semejante al de aquellas películas en blanco y negro, caminos enloquecidos por turbas de desarrapados expulsados del sistema por el crac de la Bolsa, es decir, por la gran trampa del capitalismo.
Con los coches a reventar de colchones, discos duros, microondas y otros artilugios inútiles, las carreteras se poblarán hacia el Bajo Aragón, hacia el dulce Somontano, hacia el salvaje Matarraña…
Esos hombres y mujeres, niños y niñas, comenzarán a cultivar la huerta. Coles, lechugas, tomates y nabos. Instalarán las gavias de las gallinas y los conejos, en una repoblación folclórica de la existencia. La casa pagada, un poco de agua, un poco de luz eléctrica. El vecino te entregará aguardiente destilado en su bodega y tú le premiarás con dos kilos de patatas tempranas. Los niños irán a la escuela y en casa volverán a leer en objetos de papel.
Quizás un día esa pareja descubra de pronto que vuelven a sonreír, a ser propietarios de su tiempo, de su esfuerzo, de su tierra. Las noches serán eternas, la música adquirirá su vieja emoción, el grillo volverá a ser imprescindible… Quizás algún atrevido se anime a bailar un bolero agarrado…
Entonces lanzarán la pregunta que nadie hasta entonces se atrevía a formular: ¿Por qué no lo hicimos antes?
Alguien en un lugar remoto, contemplará este fenómeno contagioso, este virus existencial y se echará a temblar. ¡Maldición, han descubierto el truco?, gritará desde la atalaya de su ruina.


Joaquín Carbonell







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