martes, 15 de mayo de 2012

Reseña del Informe conjunto al Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales presentado por 19 organizaciones sociales.


La ratificación del pacto suscrito por España en el año 1977 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) de 1966, obliga al Estado español, entre otras medidas, a rendir cuentas ante un comité que se encarga de supervisar el cumplimiento de los derechos económicos, sociales y culturales de los países adheridos en temas tan primordiales como la disponibilidad y accesibilidad a una vivienda, la salud, trabajo, educación, etc.
        Frente al informe que el Gobierno español ha presentado, Amnistía Internacional y una coalición de 19 organizaciones sociales han presentado al citado Comité dos informes que reflejan una realidad política basada en recortes sociales que están generando un aumento de las desigualdades en nuestro país.
En el “Informe Conjunto al Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales” presentado por esta agrupación de 19 organizaciones sociales, se pone de manifiesto las disfunciones e incumplimientos de nuestro país respecto al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC).

En un capítulo introductorio, se presentan de manera resumida las líneas básicas sobre las que incide el informe, de manera que el Comité pueda ampliar y comparar la información aportada por el Estado español en su 5ª comparecencia frente al Comité de seguimiento de Naciones Unidas.
    Estas líneas de análisis, que en el informe avanzan según el articulado definido en el pacto y que concluyen con una serie de recomendaciones por cada una de ellas, de forma literal son:
  • Las políticas adoptadas por el estado en respuesta a la crisis económica y financiera están favoreciendo un retroceso en la protección y el disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales, que además se agravan dependiendo de la zona geográfica, gracias a la desigual distribución de recursos en el país."
  • “La ausencia de medidas de protección social para paliar el impacto de la crisis sobre los derechos de personas o poblaciones en situación de mayor vulnerabilidad, como las mujeres, las y los trabajadores migrantes, las personas con discapacidad, la comunidad gitana y la infancia…".
  • “Las medidas de austeridad fiscal que está adoptando el gobierno para hacer frente a la crisis no sólo se limitan a la reducción de inversión social hasta extremos que afectan el contenido esencial de los derechos reconocidos en el PIDESC, sino que, para ajustarse al reducido margen presupuestario modifican y derogan garantías legales de los derechos sociales…"
  • "Este informe pone en evidencia la deficiente rendición de cuentas por parte del Estado y la ausencia de mecanismos para la participación real y efectiva de la sociedad civil en la toma de decisiones en materia económica y social…”
Para finalizar, las organizaciones que firman el documento solicitan al Comité que inste al Estado Español al cumplimiento de las obligaciones suscritas en el pacto, que rinda cuentas sobre su actuación al respecto, a que no se adopten medidas regresivas, sino que por el contrario, su “protección debe tener carácter prioritario en la agenda estatal” y que se “tome en cuenta los derechos humanos a la hora de diseñar, implementar y evaluar estrategias tendentes a la recuperación económica”.
Este informe ofrece información complementaria al informe presentado por el Estado español en junio de 2009 y destaca áreas de preocupación que revelan el incumplimiento del Estado español respecto a sus obligaciones en el marco del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC). Pone énfasis en temas que o no han sido abordados o bien han sido abordados de forma insuficiente en el 5º Informe Estatal de España. Estas materias se refieren especialmente a las cuestiones planteadas en su momento por el Grupo de Trabajo previo al periodo de sesiones del Comité en mayo de 2011.
Los temas de especial preocupación para las organizaciones que remiten este informe incluyen: la notable regresividad en la protección y el disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales que podrían suponer las políticas adoptadas por el estado en respuesta a la crisis económica y financiera; la desigual distribución de recursos en el país que da lugar a diferencias y a vulneraciones en el disfrute los derechos económicos, sociales y culturales dependiendo de la zona geográfica; y la ausencia de medidas de protección social para paliar el impacto de la crisis sobre los derechos de personas o poblaciones en situación de mayor vulnerabilidad, como las mujeres, las y los trabajadores migrantes, las personas con discapacidad, la comunidad gitana y la infancia. Las organizaciones que suscriben este informe ven con preocupación que las medidas de austeridad fiscal que está adoptando el gobierno para hacer frente a la crisis no sólo se limitan a la reducción de inversión social hasta extremos que afectan el contenido esencial de los derechos reconocidos en el PIDESC, sino que, para ajustarse al reducido margen presupuestario modifican y derogan garantías legales de los derechos sociales. Finalmente este informe pone en evidencia la deficiente rendición de cuentas por parte del Estado y la ausencia de mecanismos para la participación real y efectiva de la sociedad civil en la toma de decisiones en materia económica y social.
Desde el examen de España ante el Comité en 2004, se han producido ciertos avances positivos en algunos aspectos de los derechos económicos, sociales y culturales (DESC). España fue el primer país europeo en ratificar el Protocolo Facultativo al PIDESC, que establece un mecanismo de denuncias con respecto a violaciones de los derechos consagrados en el Pacto. Recientemente, el Estado también ha sido uno de los primeros veinte países en suscribir el tercer Protocolo Facultativo a la Convención sobre los Derechos del Niño que también establece un procedimiento de denuncias individuales o colectivas.
El 5º Informe Periódico presentado por España recoge estos y otros avances que ha habido en materia de ratificación de instrumentos internacionales relativos a los DESC y su incorporación en el orden jurídico interno. Sin embargo, a diferencia de lo que señalan las directrices del Comité para la realización de los informes estatales, el informe no refleja la situación actual de los derechos económicos, sociales y culturales en el país ni explica los esfuerzos que hubiera realizado para garantizar su plena efectividad a través de las políticas públicas pertinentes. Con el objetivo de evaluar el grado de cumplimiento de las obligaciones de respetar, proteger y realizar los derechos económicos, sociales y culturales, es necesario que los Estados no sólo proporcionen información del marco legal nacional, sino también de la traducción de estas normas en políticas, de los recursos dedicados a éstas y del correspondiente impacto de la acción gubernamental en el pleno disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales. Cabe resaltar la escasa información brindada por el estado en relación a las consecuencias para los DESC de las medidas impulsadas en los últimos cinco años en el contexto de la crisis económica, medidas que están provocando un retroceso acelerado en la disfrute de estos derechos.
Este informe pone de relieve el creciente deterioro en las condiciones de vida de gran parte de la población y las importantes repercusiones que este tendrá en el disfrute de los derechos humanos a mediano y largo plazo. Un número creciente de hogares tiene a todos sus miembros en situación de desempleo, provocando que muchas familias se encuentren por debajo del umbral de pobreza. La elevada tasa de pobreza infantil puede tener efectos negativos en el desarrollo infantil y provocar consecuencias permanentes e irreversibles en el disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales en la edad adulta. El enorme porcentaje de desempleo juvenil, de casi el 50%, supone que una generación entera tenga que posponer su desarrollo profesional y personal, o bien que se vea obligada a emigrar o vivir en situaciones de precariedad. Cada apartado de este informe presenta datos y observaciones desde la perspectiva de una amplia gama de organizaciones de la sociedad civil que apuntan a los principales problemas con las que estas se enfrentan en relación a los DESC en España. No pretende brindar un análisis exhaustivo de las políticas relativas a cada de uno de ellos, sino ofrecer información sobre temas susceptibles de ser inquiridos por parte del Comité en su examen del informe del Estado español.
Las organizaciones solicitan al Comité que inste al Estado Español a no adoptar medidas regresivas y que en cumplimiento de sus obligaciones bajo el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales tome en cuenta los derechos humanos a la hora de diseñar, implementar y evaluar estrategias tendentes a la recuperación económica. La crisis económica no puede ser una justificación para relegar a un segundo plano los derechos económicos, sociales y culturales, sino que su protección debe tener carácter prioritario en la agenda estatal. El Estado español debe realizar los mayores esfuerzos para dedicar el máximo de sus recursos disponibles a la implementación de programas y medidas tendentes a la protección, sin discriminación, de los grupos en situación de vulnerabilidad social y económica. El Estado además, debe aportar información y rendir cuentas por los impactos sobre los derechos humanos que acarrean las medidas de austeridad, y por las opciones de política fiscal que adopta, puesto que ninguna de ellas puede eliminar ni hacer retroceder el disfrute de los derechos sin consecuencias. 

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